Hace prácticamente un año que dejé de escribir en este blog lo que observaba por mi ciudad, y no era por que no observara nada, si no más bien por la cantidad de proyectos (trabajo, otros blogs, cursos, etc.) en los me había embarcado y, ya se sabe, “el que mucho abarca, poco aprieta”. Pero esta ocasión lo vale, y sobre todo teniendo cerca la entrada en este blog que hice hace exactamente una año.
Por fin, … por fin estrenamos recinto ferial, aunque ya se sepa que desde semanas atrás ya se ha estado usando para la instalación del mercadillo de los sábados, pero el jueves creo que fue el estreno “oficial”. Y eso después de que este estreno estuviera a punto de estropearse por culpa del robo en mayo de los transformadores instalados para este recinto.
Una hora antes se inauguró la Glorieta de las Víctimas del Terrorismo. Una glorieta que, como decirlo, cada vez que paso por allí me deja un sabor a infraestructura mal hecha, no sé. Eso de que se construya una rotonda con una fuente, ninguna pega. Que se sitúe una estatua en honor de las víctimas del terrorismo, me parece bien, sería insolidario. Pero no sé. Que la estatua esté situada sobre una estructura metálica con una pinta a oxidada y abandonada (por mucho que sea arte o modernidad), que no se le haya dado un una capa de pintura negra de esas de los adornos en forjados (por ejemplo), no sé. Que se haya olvidado que la rotonda está en un vía que es “carretera de circunvalación”, es decir, por donde se derive los vehículos pesados para no pasar, como en antaño, por el centro de la ciudad, y que hasta un coche normal tenga que hacer maniobras de mucho giro para evitar la rotonda, y que dichos vehículos pesados, no puedan o se vean negros para pasar por ahí, no sé. Luego pasa lo que pasa, se llevan por delante las señalizaciones o los bordes de los acerados.
Este año sí he estado en el encendido de las luces del ferial, será por lo del estreno (o a lo mejor por la carta que me mandaron desde el Ayuntamiento con la invitación del alcalde a los actos, invitación a mí y a media Villanueva).
Llegué en coche y aparqué en los aparcamientos destinados cerca del ferial. Ya había empezado los fuegos artificiales. No sabía que había “cohetes” en el encendido, o era por la ocasión del nuevo ferial,… o por la visita “del Vara”. Por uno u otro motivo, estuvo bien. Tras el último cohete, el encendido. Cuando digo “tras el último cohete”, digo justamente tras el último. Los asistentes no habían tenido tiempo en girar todavía la cabeza y se encendieron las luces de repente.
Mucha luminosidad, sobre todo el detalle de intercalar, entre las bombillas que conforman las líneas del arco de entrada del recinto, unas luces destelleantes que llaman aún más la atención hacia dicho arco.
Pero, ¡Jod..! que arco más moderno, parece que está aplastado “pá” un lado. Si los dibujos parecen un Miró (los que todos deseamos tener en el baño). Aunque bueno, lo que sigo viendo increíble es el mogollón de gente que había para la inauguración. Ha sido siempre así o ha sido la novedad, que a todos nos pica.
Sea lo que sea, todos entramos encantados por el recinto, una primera impresión fantástica. Calles anchas, buena disposición de las atracciones y casetas, y sobre todo, calles asfaltadas, no más tragar polvo, los asmáticos lo agradecerán.
En un momento, en el fragor de la gente por no perderse detalle del recinto, en el fragor de los comentarios y del momento de inmortalizar este día con su fotos, de repente aparece una oleada de gente a la que hacen camino, apartando a los visitantes hacia un lado (vi incluso empujando) para que pasara el séquito, hacia donde, a lo mejor dará la vuelta al recinto una vez inaugurado e iluminado. PUES NO, el destino elegido fue la Caseta Municipal, directo a la cerveza, tintorro y seguro que alguno al cubatilla.
Hombre, podrían haber aprovechado y darse un baño de multitudes dándose una vuelta primero por el ferial y acabar el la caseta después, pero…
Gracias a Dios, el que me divierta en estas fiestas, mi fiesta, no depende de la visita “del Vara”, ni en mayor medida del Sr. Alcalde, pero sí de lo que pongamos todos de nuestra parte para que sean las mejores fiestas de Santiago y Santa Ana.
Divertíos todos, también el Sr. Alcalde, y espero que no como alcalde sino como “Miguel Ángel”, un ciudadano más, que también se lo merece.
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